Aaron Mokoena, capitán de la selección de Sudáfrica, no tuvo una infancia nada fácil. El jugador del Portsmouth contó en una entrevista con el diario The Guardian como escapó de la muerte a los 11 años gracias al ingenio de su madre, que le vistió de niña para evitar que mataran a su hijo en los días más crudos del apartheid.
El internacional sudafricano se libró de una masacre ocurrida en junio de 1992 en Boipatong Vanderbijlpark. "Yo era todavía joven, sólo tenía 11 años, pero recuerdo que al día siguiente la gente volvía llorando camino de la escuela. Fue entonces cuando nos dijeron que había sido una masacre. Ocurrió en la noche cuando la gente estaba durmiendo. Fue horrible. Mi madre me tuvo que proteger y decidió vestirme como una chica", declaró.
Dieciocho años después, el apartheid es historia y Sudáfrica se prepara para organizar el primer Mundial de la historia en suelo africano.
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