La Juventus sufrió una de sus derrotas más dolorosas de la temporada. Posiblemente, no fue una herida tan profunda como la causada por el Bayern en la Champions League, pero si la más sorpresiva.
Después de haber llegado a Craven Cottages con una ventaja de dos goles e incluso de haberse puesto en ventaja en la primera jugada del partido, la Juve se complicó sóla y se quedó practicamente sin esperanzas de cerrar la temporada con un título en sus brazos.
Con una expulsión temprana y gracias a un golazo astronómico del estadounidense Clint Dempsey, la Vecchia Signora le dijó adiós a Europa en la temporada.
El duelo había comenzado con una sonrisa extendida de los italianos. El interminable David Trezeguet aprovechó un centro de Diego y definió junto a un palo para terminar de consolidar su amor con la afición bianconera.
Sin embargo, el Fulham jamás dio por sepultadas sus posibilidades de clasificarse a los cuartos de final del certamen y reestablecieron la paridad del partido antes de llegar a los diez minutos.
Konchesky lanzó el centro a Bobby Zamora, para que el punta dejara en el camino a Cannavaro (¡Qué noche, Fabiooo!) y definiera con inteligencia ante la pasividad del tercer portero Antonio Chimenti, reemplazante de los lesionados Gigi Buffon y Alex Mannninger.
Aún así, la debacle de la Juve comenzó a escribirse en la primera media hora de juego. Fabio Cannavaro derribó a Davies como último hombre y recibió la tarjeta roja directa. Luego, Zaccheroni debió ordenar la salida de Candreva y el ingreso de Grygera, pero los Bianconeri jamás pudieron recuperar la estabilidad.
Cinco minutos antes del descanso, el Fulham se puso en ventaja con una definición de Gera en el corazón del área y cinco minutos después del descanso, el propio Gera decretaría el empate en el global, al convertir un penalti cometido por Diego, tras tocar el balón con la mano.
El complemento fue un dominio británico absoluto y, mientras las cámaras televisivas se enfocaban en la imagen del Del Piero en el banquillo, el Fulham inclinaba el campo sin demasiado esfuerzo.
El golpe fatal de la Juve apareció en los últimos instantes y representó la joya de la noche. El estadounidense Clint Dempsey sacó a la luz toda su clase futbolística e hizo estallar a Craven Cottages con una deliciosa vaselina desde fuera del área que se coló en la escuadra derecha de Chimenti.
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