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Málaga empató a uno con el Real Madrid, que necesitaba ganar y que pinchase el Barcelona para conquistar el título, y logró la permanencia en Primera, favorecido por la derrota del Tenerife y el Valladolid y la igualada del Xerez.
Había mucho en juego para ambos equipos, aunque los dos jugaban en otros campos, ya que incluso con una victoria el Málaga tendría que esperar un pinchazo del Valladolid, Tenerife o Racing de Santander.
La situación era muy comprometida para el Málaga, porque en caso de derrota jugaría en Pamplona, Valencia, Barcelona y Santander, mientras que el Real Madrid esperaba un regalo del Valladolid para anotarse un título liguero.
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