Neymar, la nueva promesa del fútbol brasileño, se exhibió en Londres y firmó los dos goles que dieron la victoria a Brasil ante Escocia, que encajó la décima derrota de su historia ante los pentacampeones del mundo en igual número de partidos.
Brasil se tomó el duelo con seriedad porque quería resarcirse de las dos derrotas consecutivas en sus últimas citas, ante Argentina, en noviembre, y Francia, en febrero.
Los escoceses opusieron resistencia durante el primer cuarto de hora, pero, poco a poco, a base de controlar la pelota con maestría, los brasileños fueron abriendo espacios en la robusta defensa que construyó el seleccionador escocés, Craig Levein.
Dani Alves funcionó a la perfección como carrilero y aportó experiencia a la joven plantilla convocada por Mano Menezes. Pero fue Neymar quien se convirtió en un pesadilla para el equipo escocés con su velocidad y cambios de ritmo.
El delantero del Santos puso por delante a Brasil a cuatro minutos del descanso con un suave disparo, tras encontrar el minúsculo ángulo que quedaba libre entre dos defensores y el guardameta rival.
Los brasileños se marcharon al descanso sin que Escocia hubiera podido dar trabajo a Julio César. Mientras que Brasil siguió creció en el segundo tiempo, administró sus jugadas para ejecutarlas en los momentos decisivos y, tras un continuo acecho a la portería escocesa, aumentó su ventaja en el minuto 72, de nuevo por medio de Neymar, de penalti, tras una falta de Charlie Adam.
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