El Barcelona se adueñó, quizá definitivamente, de la Liga en el Santiago Bernabéu y lo hizo guiado por los dos mejores futbolistas que tenía sobre el campo, Xavi y Messi. Su fútbol estuvo muy por encima del partido y de los demás actores de este clásico. Xavi piensa y Messi ejecuta y con eso le bastó al Barcelona para superar al Madrid, que resistió como pudo. Carente de fútbol, intentó contrarrestar con intensidad y agresividad el juego más elaborado del Barça, que, como acostumbra, se defendió con el balón y salvo algún momento de apuro vivió una noche plácida en el Bernabéu.
Este triunfo reafirma el juego del Barcelona, su ideología futbolística y su proyecto, y siembra de dudas al Madrid, que ya sabe que con lo que tiene no le alcanza para discutir al Barça el dominio en el fútbol español. Ya estábamos avisados de que el Madrid dejó hace demasiado tiempo de pertenecer a la élite de Europa. Ahora, por si alguien todavía tenía dudas, también tenemos la certeza, la prueba, de que es un conjunto claramente inferior al Barcelona. Por tener, el Barcelona tuvo hasta más pegada que el Madrid, acostumbrado a manejarse por la Liga con un cañón y que esta vez apenas pudo amagar con balas de fogeo. Todavía podrá ganar la Liga, pero será porque el Barça falle de forma estrepitosa. La Liga, como el fútbol, es del Barcelona.
Con Xavi al mando y Messi arriba da igual lo que ocurra a su alrededor. El Barcelona siempre saldrá vencedor. El Madrid parece que no tiene argumentos para contrarrestar ese fútbol y salió derrotado en todos los duelos que se ventilaron sobre el campo. El Barcelona fue mejor como equipo e individualmente, tuvo más orden y más variantes tácticas, controló a su antojo el ritmo del encuentro, que se jugó donde quiso Xavi, la prolongación de Guardiola dentro del campo, el ideólogo de una maquina perfecta. Rodeado de algunos de los mejores futbolistas del mundo, Xavi siempre sabe estar a la altura, lee los partidos como nadie en el mundo y en el duelo entre Cristiano y Messi se las apañó para ser mejor que los dos. Los goles que celebra Messi, antes ya los imaginó Xavi.
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